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Hoy 11 de abril del 2014 estamos a 2 días prácticamente de iniciar la semana santa, días en los cuales recordaremos la grandeza de DIOS y el gran acto de amor que tuvo con nosotros al enviar a su único hijo a padecer por nuestros pecados.
Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.
Jesús es el protagonista de estos momentos pero no podemos olvidar que María su madre lo acompaño de cerca y sintió más dolor que nadie al ver lo que sucedía con su hijo, con su único hijo, y como no iba a serlo, si una madre a toda costa quiere evitarnos el sufrimiento y la tristeza, pero cuando estamos en uno de esos momentos que nos sentimos solos ella está al pendiente para consolarnos y para recordarnos que DIOS nunca deja de preocuparse por cada uno de nosotros y de nuestras necesidades.
Hermanos, hoy es último viernes de cuaresma, día en que se levantan altares a la Virgen María en su advocación de Dolorosa para recordar los siete dolores que vivió esta gran mujer:
· Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
· Segundo Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
· Tercer Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
· Cuarto Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)
· Quinto Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
· Sexto Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
· Séptimo Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
En cada uno de ellos a pesar de que le causaron angustia, incertidumbre, miedo y tristeza María experimenta la grandeza del Señor porque confía plenamente en el Señor y sabe que todo tiene un propósito maravilloso.
Como tradición los altares se levantan en los hogares donde se posee esta imagen y también comparten con toda la gente que visita cada uno de los altares agua fresca, nieve, paletas, esto en representación de las lágrimas que derramo María.
Queridos hermanos tomemos a María como ejemplo de fortaleza y humildad para vivir de manera adecuada los momentos que dieron origen a nuestra salvación y acompañemos a Jesús tal y como ella lo hizo.
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