San Antonio de Padua

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Nacio en Lisboa hacia 1195, su nombre de nacimiento era Frenando Martins era hijo primogenito de Martín de Alfonso y de María Taveria.


En 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa, pero su familia y amigos no aceptaron su vocación y trataron de hacerle abandonar, por lo que renunció a la herencia familiar y se trasladó en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coímbra.

En 1219, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coímbra se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza, decidió ingresar en la nueva orden, en la ceremonia de toma de hábito franciscano cambió el nombre de Fernando por el de Antonio, tras un breve noviciado, e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, embarcó hacia Marruecos, sin embargo, al poco tiempo de desembarcar enfermó de malaria.

Tiempo después su intención era llegar a las costas españolas y desde ellas volver por tierra a Portugal, pero una tempestad llevó el barco en que viajaba hasta Sicilia. Permaneció algún tiempo en Milazzo donde había una comunidad franciscana, para completar su recuperación.

En junio de 1221 asistió al capítulo de su orden en Asís allí conoció a San Francisco de Asís y decidió no regresar a Coímbra.

A mediados de 1222, ya con buena salud, predicó en la catedral de Forli sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad que su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, recorrió así, enseñando, numerosos lugares. Su labor catequética fue difícil, pero sus exhortaciones y discusiones públicas acabaron teniendo éxito, logrando convertir a muchos.

Su método para combatir la herejía consistió en llevar una vida ejemplar, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos.

Finalmente en Padua, fundó una escuela de franciscanos y comenzó a escribir una serie de sermones. Fruto de su labor fue el aumento de las misiones de predicación, consiguió del Consejo Mayor de la ciudad la liberación de los deudores presos por no tener medios con qué pagar sus deudas y la fundación de numerosos conventos. Se entregó con tal ardor que en lo sucesivo a su nombre quedaría asociado el de la ciudad, Antonio de Padua.

El viernes 13 de junio sufrió un colapso y, ante el próximo fin, pidió que le trasladasen a Padua donde murió Antonio esa misma tarde. Un año después de su muerte fue beatificado. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946. Su fiesta se celebra el 13 de junio.

“Cesen las palabras, por favor, y sean las obras quienes hablen.”
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