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Aquél a quien yo le dé este
trozo de pan remojado. Jesús remojó el pan, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de
Simón Iscariote. Detrás del bocado Satanás entro en él. Entonces Jesús le dijo:
Lo que tienes que hacer hazlo pronto...
En esta frase centró el Sr.
Cura Policarpo 68 su reflexión en la eucaristía del martes santo, “Es la noche
espiritual de Judas Iscariote, era necesario que alguien entregará a Jesús para
que se cumplieran las escrituras”.
Esa noche oscura en la que
cuantas veces nosotros hemos entregado a Jesús, con nuestras faltas, con
nuestros pecados propios de nuestra condición humana, sin embargo, Jesús así
como a Judas nos sigue considerando sus amigos.
Sin embargo es importante el que asumamos la
responsabilidad de cargar con la cruz que el mismo Cristo nos asignó a cada uno
de nosotros.
Es así como nuestra parroquia con nuestra cruz
a cuestas iniciamos la procesión de cruces.
Como cada año la
participación de las comunidades y pueblo es nutrida, con fervor y ánimo de
acompañar a Jesús que el viernes santo morirá para redimir nuestras culpas. Entre
ellas se encontraba el cristo de Santo Entierro, Orduña de Abajo, Capilla Santa
Anita, La placita…
Fue un recorrido por la calle de Allende,
Guerrero, Rayón y Juárez para concluir con la bendición de las cruces afuera
del templo parroquial por nuestro Sr. Cura Policarpo 68 Caracheo Aguilar, quién
al final de la procesión nos invitó a vivir el triduo pascual con ese
recogimiento y fervor que es propio de estos días.
Felices Pascuas de
Resurección.
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